jueves, 19 de mayo de 2011

ENSAYO SOBRE LAS MUJERES

Mujeres: mejores. 
 Yo pienso que las mujeres son mejores que los hombres. Quizás es controvertido pero realmente lo creo. Y no es que me desagraden los hombres. Al contrario, algunos me gustan mucho. Lo que espero de mis amigos hombres es que sean limpios, tengan buenos modales y sean capaces de articular una oración con sujeto, verbo y predicado. Lo que espero de mis amigas mujeres es el amor incondicional, la habilidad para entender cuándo estoy desconsolada, la total voluntar para acompañarme en cualquier batalla a cualquier hora y la capacidad para decirme qué estilista en México sabe cortar el pelo chino.
La historia con frecuencia se escribe en términos de intervenciones y eventos e ideas revolucionarias. Pero es escencialmente la historia de personas. De individuos. De mujeres, que como diría Rosario Castellanos,"se separaron del rebaño e invadieron un terreno prohibido". Pienso en ellas y en las que andan ya por el camino que sus predecesoras femenistas contribuyeron a ensanchar. Esas mujeres jóvenes que cargan consigo la promesa de ser extraordinarias. Son secillamente mejores de lo que yo lo era a su edad. Más interesantes más seguras, mejor educadas, más creativas.  
Nosotras que escribimos aquí podemos decir con una pizca de orgullo que éste es el México que hemos contribuido a crear. Un país más abierto, más libre. Donde las mujeres han crecido viendo y entendiendo que las mujeres son tan capaces como los hombres sentados a su lado. Donde saben que sus opciones no son sólo ser secretarias o mamás o monjas. Donde entienden que su vida puedepuede estar definida por su talento y no por su género. Donde se ha vuelto más difícil decir -como lo sugirió mi primer jefe en el Grupo de Economistas y Asociados- que mi éxito esta asociado con la altura de mi falta.
Y todo esto es bueno no sólo porque satisface demandas milenarias de justicia, sino porque también despierta el reto de la generosidad con aquelas que no han sido beneficiadas del cambio. Exige el compromiso de la hijas de la pluralidad y el feminismo con quienes aún no gozan de sus frutos.
De ahí la necesidad de empoderarlas, y no hablo aquí de darles el poder que antes pertenecía a sus esposos. Hablo de darles más oportunidades. hablo de darles más recursos, hablo de educarlas más de siete años, hablo de empujar para que lleguen a posiciones de mando en el país. En pocas palabras, se trata de reconocer a las mujeres como ciudadanas completas: con cerebro y útero, con manos y pies, con capacidad para cambiar el destino, del país y la responsablidad de reinventarlo. Por que la causa de cualquier mujer es una causa nuestra.
La evolución de la democracia mexicana tiene que ver con las espectativas que los padres mexicanos tienen de sus hijas.Tiene que ver en la menera en la cual los ciudadanos del país se tratan unos a otros, independientemente de su género. Tienen que ver con una forma de pensar. De denunciar el acoso sexual y exigir su penalización. De fustigar la violencia en contra de las mujeres y demandar su erradicación. De decir que un golpe a una es un golpe a todas. De educar a una niña para que sepa que puede ser presidente de México, aunque ojalá aspire a algo mejor. De pensar que las mujeres son ciudadanas y deben ser tratadas como tales. De construír una verdadera república donde los hombre tienen sus derechos y nada más. Donde las mujeres tienen sus derechos y nada menos.
DENISE DRESSER.
Profesora de
Ciencia Política en el ITAM.
Es columnista de la revista Proceso y
editorialista del periódico Reforma.
Revista nexos

1 comentario:

  1. Señora Denise.
    Usted tiene la razón desde su trinchera y creame que es diferente a la del lado masculino, una lucha de siempre donde los dos géneros no se convenceran nunca.
    Edgar Martinez Camarena

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